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Me abrasa mi juventud
me quema mi intensidad
me asustan mis sentimientos
tan efímeros como descontrolados
cada vez que pienso en el futuro,
me arrebato momentos del presente

Cuando el Sol me alumbra, me siento único
como si yo fuera el único al que mira por las noches

Cuando mis vendavales y tormentas escampan mis días de nubarrones
una brisa lúcida acompasa mi afán de libertad, de cambio, de rebeldía. 

El mundo sintoniza con mi irreverencia, y la juventud me susurra, me implora, que no la olvide, porque acabará marchándose antes

Y qué quieren mis pesares sino es fuego

Y qué quieres las montañas, sino es el deshielo de sus nieves y que estalle la primavera

Y que quieren mis entrañas sino decirte que te quiero

A que aspiran mis ansias, vitalistas y fatales, mi corazón, desenfrenado y desfasado?

¿Qué deseo? sino es la muerte más inmaculada y atroz

Solo espero renacer entre briznas de juventud y gracia, como si la inocencia de mis infantiles días de playa prevalerciera por siempre

Anodino, derramando, derrapando. Vacío, global, neutro; como el jabón.

Cohesión, coherencia, espacio. Lucha, ineptitud, fracaso.

Diagnóstico, exactitud, definición definitoria.

Acercarse, tocarlo, tocarte, sentir, vivir.

Pasar, andar por delante, fluir en el tiempo.

Llegar a un estanque, advertir, conocer, concienciarse.

Adaptarse, convivir, escalar colores, matizar, reflexionar, complacerse.

Palabrear, verbalizar, convencer, deconstruir, perfilarse mal, perder la orientación, perderse.

El confort de la nada, el calor de la psique.

Es bueno pero no suficiente. Era un genio, ahora es mediocre. Escribía de lujo, pero amaneció sin pena ni gloria.

Era de los mejores de su clase, podía ver más allá. Cualquier bar le hizó mortal, cualquier palabra lo humanizó más de la cuenta.

En la obsesión por hacer algo diferente se perdió, en la locura de un contenido explicito, premeditado, denso y genial recayó su pluma. Su sentencia.

Algo común a palabras de otra época, cualquiera vanidad a cuenta gotas, cualquier beso en la mejilla que deja de ser simple.

Si te guardas los adornos quizás volverá la pureza de tus letras, la osadía de sus trazos.

Si vuelves a ser descarado, si afilas tus colmillos, si encuentras alguna fórmula que pueda superar al papel esquivando la condena de la mediocridad.

Entro en un ciclo vicioso,
cada noche más despierto, cada día más dormido
cada atajo más acierto, si conecto es mi destino
no lloro por el pasado, no me arrepiento,
no camino, lloro porque no me arrepiento

Que me tengo, en tanto en cuánto, y caigo en el olvido. Que me espero a que salgas para volver a caerme, a cerrarme yo mismo cualquier puerta.

Que me enfrento a mi yo más siniestro cada día, pero se me hace algo más llevadero cuando me coges la mano. Que lucho contra cualquier mentira que nunca antes haya sido contada de la misma manera. Que te expreso, en los límites de mi caminar más sincero, mis pasos, mis besos, mis requisitos y mis carreras más largas.

Que te quiero ver volar, como cualquier pájaro libre, como cualquier topo entre el lodo. Que te quiero, pues también te quiero, porque me quiero, sí que me quiero.

Que quiero que vuelvas cada día, a llenarme la barriga de besos, la casa de luz y alegría, la cama de abrazos y sexo, las sábanas de corridas.

Que me folles, que te calles, que me falles, una y mil veces
soy adicto a tus heces, tus fetiches, mis cortinas, tus peluches

que te jodan, que te vayas, que te quites, que ya Basta
si no estás esta madrugada ya no sirves, ni hoy ni mañana

Si me sueñas, entre páramos y antiguas guerras, aparezco
en el Último capítulo, siempre suplicándote devoción

No me das la talla, no me haces el peso, te pierde el queso
valora la oportunidad que te doy, la viDa es un proceso

Mirando al horizonte como si fuera el vacío. Nos reencontramos después de varias películas espesas y de cintas de arboles pasando a toda velocidad. Nos reecontramos después de todo, cuando suena una de las pocas canciones que tenemos en común, por la que sentimos una conexión un poco especial.

Sé que ella bailó entre algunas nubes negras y ahora la danza esdeviene un hueso duro de roer, su propia tirita para su propia herida, pero siempre a puerta cerrada; un espectáculo sin igual, una especie de deseo de polvo de hadas que baila: engreida, ensimismada, enigmática.

Sé que esa canción es de las únicas que puede hacer que exteriorice cierto ademán delicado de movimiento contemporaneo, y después de un mar algo turbulento, y de darme cuenta que mi mirada sigue perdida entre las estanterías de las nubes, ese baibén acompasado de hombros se convierte en la mejor noticia que podia publicar cualquier periódico, y me estalla una sonrisa que con dificultades puedo llegar a controlar.

Y nos miramos, y nos reencuentra la misma chispa que nos presentó, y se nos escapa una sonrisa que desahoga un poco la atmosfera cerrada del coche. Y nos volvemos a mirar, cruzamos dos o tres palabras, y yo las siento como una fuerte lluvia en medio del desierto.

Algunos besos nos recuerdan que no somos solo nuestros, que nos vamos dejando cachos en algunas noches de verano.

Y tú, rebuscando entre mi archivo de recuerdos pa’ ver si me puedes salvar los trozos y reconstruirme. Y yo, que te digo que lo dejes, que solo conseguirás clavarte algun vidrio roto y hacerte aun más daño.

Que te necesito aquí, que mis partes se regeneran y vuelvo a la vida cuando estás a mi lado. Que soy de tus comienzos, de tu despertar, de tus miradas traviesas, de mañanas sabor café y menú caricias, mientras me hablas, mientras te hablo, mientras nos escuchamos y nos entendemos.

Te tienes que ir porque ya es tarde, o porque has llegado tarde, porque llegas siempre tarde y siempre es grande el vacío que dejas cuando te vas. Porque me voy, y al menos has venido a despedirte, o hacer que mi despedida sea más dura. Por si me voy, que me falta corazón pa’ tanto desconsuelo, que ya no lloro pero mis ojos siguen vidriosos desde la última vez que te fuiste mal.

Porque no se si me voy, o si me quiero quedar, porque no se porqué lucho pero sé que no es por tí, o al menos de eso me visto. Pero siempre estás pa’ desnudarme y desmentirme las mentiras que yo misma me fuerzo a creer.

Necesito que estalles como las flores de primavera, que acerques a mi amor un ademán de felicidad, que me adviertas entre tanto ruido, entre tanta gente. No vengas a despedirte, si vienes que sea pa’ pedirme que luche por quedarme, porque vas a estar aquí. Si vienes que sea pa decirme que aunque me vaya no estamos tan lejos, que hasta una persona cuerda podría recorrer esa distancia, y miras que nosotros somos dos locos.

Algunos besos también nos recuerdan, que aunque no seamos solo nuestros, siempre nos perteneceremos, siempre seremos de nuestra propia autoestima, y que aunque te vayas y me quede, aunque me tenga que ir y tu no quieras, aunque huyamos juntos o el uno del otro, siempre podré sola.

Siempre podré ser, tener y sentir, conmigo misma. Yo, única, esfinge; diva.

Nos hacen amores fugaces, nos desvisten tempestades, nos debemos a tiempos inciertos, al amor de una amistad lejana, a cualquier tarde de sexo.

Algunos besos nos recuerdan que no somos solo nuestros, que nos vamos dejando cachos en cualquier noche de verano.

Estamos hechos de un viaje eterno, de un millar de puertos, de cualquier amanecer en un avión rumbo a otro lugar, de otro atardecer que anochece entre nuestros deseos más prohibidos.

Si te oculto el hoy en cualquier huequito de mi cora, es porque me escondes el ayer entre bambalinas, de tus sabados enredados en las sábanas de mi cama, hasta el últim domingo en el que saliste volando.

Siendo dueños de un instante finito, fuimos capaces de encontrar diversión por momentos, eternidad en una foto, recuerdo de un verano paradojico, una buena amistad que nos traerá buenos momentos en el futuro.