Autor: Ícar

Traducida.

Cuando has ganado. Cuando los perdedores han sido descubiertos, han reconocido su culpabilidad y han pedido perdón.

¿Vale la pena destrozar a todos los inocentes que haya al rededor?                  Es la forma más fácil de perder tu superioridad moral.                                              Nadie es quién para actuar como un juez superior, y menos a vidas que no tienen nada que ver con la nuestra.

Cuando tu quedas como una buena persona traicionada, incluso se te permite la venganza directa hacia la mala persona traicionera.

No es necesario hacer daño a inocentes alejados de la causa. No tienen nada que ver y nada te justifica para hacerlo. Hacer daño indiscriminado te convierte también en una mala persona.

Y esto también va en función de la gravedad del asunto.                                      ¿Es tan grave lo que te han hecho como para que así sea la reacción?

Y ¿ahora qué?

Es difícil lidiar con un pasado amargo e incorrecto del que no puedes librarte en los momentos en los que desearías poder borrar todo aquello de lo que te arrepientes, todo aquello en lo que te equivocaste, para poder empezar de 0.

Mentir es una escapatoria astuta pero de gran riesgo, demasiado como para ignorarlo, y que conlleva casi siempre grandes pérdidas.

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Lo estaba pensando bien, como dándole vueltas a una misma idea con toda la información que tenía sobre el tema.

Se podría decir que la cantidad de información es suficiente y, a su manera, de gran calidad, o eso creía. Realmente su calidad había variado de manera sustancial desde que el uso de esa herramienta dejó de ser estructural, y comienza a ser de esencia y reconstrucción personal.

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