somos tóxicos, amantes de las miradas perdidas, las mejillas húmedas y las marcas de lágrimas resecas, que dejan rasgadas un negro sublime
días de medios cigarros, brazos cruzados, palabras vacías, piernas que no paran de moverse porque estamos de los putos nervios
y una discusión más, un día menos, los míos que se mueren ahogados porque siempre me estoy quemando
Tú que te meces en mis labios, susurras intenciones con un suspiro gélido en la nuca; eres anhelo, arena fina, cielo raso, laurel y espina.