Después del fallo de la ilustración, se volvió a dar mayor importancia al plano emocional, que agravió el estado de caótico y confuso en el que se encontraba la dinámica social de la época.
Ya no todo el mundo deseaba ser conocedor de todo aquello desconocido hasta la época, sino vivir tranquilamente con la persona a la que amabas.
Se potenciaron los nacionalismos y los sentimientos patrióticos, derivando en guerras absurdas e irracionales.
El problema era el mismo que hemos ido mostrando en los demás capítulos; el error esencial de la humanidad es que se ha visto afectada por grandes cambios científicos y filosóficos que la han provisto de grandes oportunidades para realizar cambios profundos y eficaces en la manera de ver y hacer las cosas, con la finalidad de llegar a un bienestar más amplio.
El romanticismo vio su ocaso con prontitud, y la humanidad llegó a un naturalismo constructivista, teorizado por nuestra propia evolución.
La emoción tampoco pudo ganarla a la razón y la humanidad volvió a buscar un cambio.